Veterinarios y liderazgo: por qué la experiencia clínica no es suficiente

Veterinarios y liderazgo: por qué la experiencia clínica no es suficiente

El título llama la atención, y no por casualidad. La realidad es que ser un buen líder no tiene nada que ver con ser veterinario… y a la vez, tiene todo que ver.


El gran malentendido del liderazgo en el sector veterinario

Todos usamos la palabra “liderazgo” con frecuencia. Sabemos identificarlo cuando lo vemos, pero cuesta definirlo. Solemos asociarlo a una capacidad innata: ese “algo” que tienen ciertos jefes para guiar a un equipo.

Pero aquí va una verdad incómoda:
No es culpa tuya si no te enseñaron a liderar. Pero sí es tu responsabilidad aprender.


Nadie nos enseñó a liderar (ni a comunicar, ni a gestionar)

Durante la carrera veterinaria no se nos enseñó a:

  • liderar equipos,
  • comunicarnos con clientes,
  • ni hacer marketing,ni gestionar personal,
  • ni organizar una clínica.

Y sin embargo, en el día a día de cualquier profesional veterinario, todo esto es esencial.

Si trabajas en una clínica —o la diriges—, tarde o temprano te verás en una posición de liderazgo, aunque nadie te haya preparado formalmente para ello. En nuestro sector, liderar no es opcional: cada interacción con tu equipo, tus clientes o tus colegas es una oportunidad para hacerlo.


¿Cómo llega un veterinario a liderar un equipo?

En la mayoría de los casos, por una de estas razones:

  • Antigüedad o experiencia.
  • Haber fundado o comprado una clínica.
  • Ser el único o principal veterinario del centro.

Lo común en todas estas vías es que nadie enseñó a esa persona a liderar. Como mucho, alguno se ha leído un libro o tiene algo de interés en gestión. Pero hay que decirlo claramente:

Ser buen clínico no te convierte en buen líder.


Veterinaria y liderazgo: dos habilidades distintas

Tener 10, 15 o incluso 20 años de experiencia clínica no garantiza que sepas liderar un equipo. Son habilidades diferentes, con tiempos de aprendizaje distintos. Y lo más complejo es que la mayoría de veterinarios deben liderar mientras siguen atendiendo clínicamente, sin el tiempo ni el enfoque necesarios para hacerlo bien.

Por eso, tantos equipos fracasan no por falta de talento, sino por falta de liderazgo real.


¿Y los líderes “naturales”? ¿Existen?

Sí, hay personas que parecen tener un don para liderar. Pero no deberíamos dejar nuestro desarrollo —ni el del equipo— al azar. El liderazgo no solo se puede aprender, se debe entrenar.

Como con el deporte, el talento ayuda, pero el entrenamiento marca la diferencia.

El líder que se forma y entrena será mejor que el que solo improvisa.


Hazte responsable: liderar también es tu trabajo

Si estás en una posición de liderazgo (aunque no tengas un cargo oficial), este es el momento de asumirlo plenamente. Es hora de:

  • dejar de improvisar,
  • dejar de esperar que otros cambien,
  • y comenzar a formarte como líder.

No por ego, sino por responsabilidad con tu equipo.
Liderar no es un “extra” en tu trabajo clínico, es una función esencial de tu rol como profesional.


Reflexión final: empieza hoy, lidera mejor mañana

El primer paso hacia un liderazgo real no es carisma ni experiencia clínica.
Es la voluntad de aprender y de mejorar cada día.

Hazte responsable de que mañana serás un líder mejor que hoy.
Tu equipo lo merece. Tú también.

Dr Mark William Hughes MRCVS CertNCS (VPM)

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